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Desde hace más de 20 años venimos trabajando en el sudoeste bonaerense y La Pampa con planteos de recría “pastoril”, eficientes y sustentables, utilizando forrajes de diferentes calidades sin ningún tipo de suplementación, salvo excepciones como fuertes sequías o inundaciones.

 

Hay que tener en cuenta cuando uno habla de la recría de terneros que esta depende o se modifica según el peso que se quiera alcanzar al final de esta etapa, la cual depende del mercado al que se destina ese animal. Cuando se busca terminar terneros británicos livianos para consumo interno (320-340 kilos/cabeza) el peso final de la recría varía entre 250 a 280 kilos/cabeza. Mientras que para terminar animales pesados para exportación (arriba de 450-480 kilos/cabeza) el peso final de la recría de razas británicas y sus cruzas debe variar entre 350-380 kilos/cabeza y el de cruzas índicas y continentales entre 400-420 kilos/cabeza.

 

Cuando las ganancias están por debajo de los 300 gramos/ternero/día, como ocurre en muchas recrías “tradicionales” se corre el serio riesgo de afectar los niveles de la hormona de crecimiento en sangre, y cuando eso ocurre se afecta el tamaño y desarrollo de los huesos. Como consecuencia de ello los terneros tendrán menor tamaño, son los llamados “terneros cola”, que se van a engordar y engrasar igual pero siempre tendrán menor tamaño corporal y eso puede afectar el precio final de venta.

 

Otro extremo es cuando los terneros durante la recría tienen ganancias por arriba de los 800 gramos diarios. En este caso se producirá un engrasamiento prematuro de los animales, y si no se “desengrasan a tiempo” se terminarán para la venta muy livianos (320-340 kilos/cabeza) y nunca se logrará el objetivo de terminarlos pesados para exportación.

 

Para llegar a terminar este tipo de novillos se debe realizar una “recría mejorada” cuyas ganancias de peso varíen entre los 500 a 700 gramos diarios.

 

Dentro de los sistemas pastoriles, está comprobado que a medida que mejoran las ganancias de peso, de 300 a 700 gramos/ternero/día, producto de una dieta de mejor calidad, se reducen significativamente los costos de producción (u$s/kg de carne producida). Y si el destino de los animales es el consumo interno en lugar de la exportación hay que tener en cuenta que se reduce un 50% la duración de cualquiera de las recrías y también lo hace su costo de producción.

 

Casos exitosos

 

Existen numerosos ejemplos en la región del sudoeste bonaerense y La Pampa que muestran la factibilidad productiva y económica de la recría “mejorada”. En ningún caso se utilizaron concentrados durante la etapa de recría. Entre ellos, se pueden mencionar:

 

El establecimiento de Francisco Pugliese en Villa Iris,Puán, con lluvias promedio 450 a 600 mm y superficiales desde hace diez años viene logrando ganancias diarias de peso promedio de 500-550 gramos ternero/día. Como planteo forrajero utiliza dos verdeos de invierno “encañados”, uno de verano y rollos de rastrojo de cosecha.

 

Fabián Fernández en Cabildo, Tornquist, con lluvias promedio 550 a 700 mm y suelos someros logra ganancias diarias de peso promedio de 550-650 gramos/ternero/día desde hace quince años. Estos resultados los obtiene con un verdeo de invierno “encañado”, uno de verano y silaje de maíz.

 

Diego Chiatellino en Bonifacio, Guaminí, sobre suelos arenosos profundos desde hace 20 años viene logrando recrías de terneros con ganancias diarias de peso promedio de 600-700 gramos/ternero/día. En esta etapa la dieta de los animales es un verdeos de invierno “encañado”, uno de verano y silaje de maíz o sorgo.

 

Existen tecnologías y conocimientos que están al alcance de todos los productores y que se han probado en los últimos 20 años en la región.Si se mejora el manejo y la calidad de la dieta, se pasa de ganancias diarias de 300 gramos a 500 o 700 gramos en una recría mejorada. Es decir, se venden entre 8 a 12 meses antes los novillos gordos para exportación. Esto representa muchísimo dinero, mejorando significativamente el flujo de fondos y reduciéndo los costos de producción.

 

El productor ganadero tiene entonces una nueva oportunidad para poder responder, en tiempo y forma, a las demandas de los mercados internacionales.

 

Decisión Ganadera

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